En 1827, unos colonos provenientes del sur de Estados Unidos fundaron un poblado llamado Independence, en el nuevo, recién organizado, condado de Jackson, Misuri. El pueblo tenía una ubicación estratégica en la frontera de la nación: quedaba en el extremo occidental de las rutas fluviales del resto de Estados Unidos, y en el extremo oriental del Camino de Santa Fe, el cual se adentraba bastante en el territorio entonces ocupado mayormente por tribus indígenas. El poblado recibió su nombre por la declaración de independencia de EE. UU. y el condado fue llamado así por Andrew Jackson, quien se había convertido en un héroe nacional en el ejército de los Estados Unidos, y luego fuera electo Presidente de Estados Unidos.
A comienzos de 1831, los misioneros Santos de los Últimos Días pasaron por Independence por primera vez, con la esperanza de poder predicarle a los indígenas norteamericanos que vivían en tierras ubicadas al oeste de Misuri. José Smith visitó Independence poco después y recibió una revelación que establecía esa zona como “el lugar central” de Sion, la sede de una ciudad santa donde la rectitud prevalecería y los santos se prepararían para la segunda venida de Jesucristo. El 2 de agosto de 1831, Sidney Rigdon declaró esa tierra “consagrada y dedicada al Señor para que sea una propiedad y una heredad para los santos”. Al día siguiente, Rigdon dedicó un terreno ubicado a unos 800 metros al oeste del centro de Independence para la edificación de un templo, y José Smith colocó la primera piedra angular.